Y allí está ella. En ese rincón. Sola. Rodeada de muebles agitados y una que otra chuchería de cerámica rota. El ambiente en el lugar daba cuenta de una gran discusión, una atmósfera cargada de ira y miedo. Miedo a aquel hombre, que la ama locamente, que no tolera que tenga amigos y mucho menos que la miren. Ese hombre, Carlos, Carabinero de la 45ª Comisería de Cerro Navia. Hombre con una rectitud de espíritu, disciplinado y valiente. Amante de su profesión pero con serios problemas para controlar sus ataques de ira. Iracundo de nacimiento, muchas veces llegaba a límites que en la rectitud de su carácter era inaceptable, pero que sabía disimular y ocultar con mucha discreción.
¿Qué se puede hacer en una situación así? ¿A quién recurrir? ¿Cómo defenderse? ¿ Cómo excusar esa acción si solamente Alejandra fue a comprar al negocio de la señora Julia? ¿Es su culpa que el Jhonny justo se volteara a mirar cuando ella iba pasando, en el mismo instante en que su marido regresaba a su casa, tras una larga noche de turno?.
Por su parte, Alejandra sigue llorando y haciéndose el ánimo para limpiar el desorden dejado por la pelea, antes de que vuelva a entrar su marido.
-Mañana será otro día; esto no volverá a suceder-.
Por
Vistoresto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario